*Narra
Helena*
E:
¿Estas bien Helen? (Dijo mirándome mi hermano. Emir lleva los ojos color
chocolate como papa y también tiene el cabello con ondas obscuro como él. Es
idéntico a nuestro padre, hasta en el color de piel. Es tan molesto a veces.
Emir suele ser la chispa de nosotros tres)
H:
Si estoy bien… (Dije mirando a Lucio, quien estaba mirando por la ventana
también) ¿Vos estas bien? (Pregunte tocando el hombro de Lu)
L:
Si, ¿Por qué iba a estar mal? (Dijo sonriendo hasta que sonó su celular) ¿Hola?
(Dijo con el ceño fruncido, Lucio se parece mucho a mama, tiene pequeños ojos
pardos y el cabello castaño lacio, su tez es blanca. Este es alto como un poste
de luz. Lucio es el más serio y aburrido de nosotros, también fue el último en
nacer) ¿Ahora tiene que ser? Estoy por cenar con mis viejos. (Se quejó, de
seguro es la molesta de su novia)
O:
¡Oh por dios Sofía! (Se quejó Olivia nombrando a la novia de nuestro hermano, a
veces esa chica podía ser bastante irritante. Mamá miro hacia el suelo con
desagrado a ella tampoco le caía bien, la última vez que la chica vino lo único
que dijo es “Parece una chica decente” deberían haber visto su rostro. Me sonrió)
H:
Yo hablo con ella. (Dije tomando el teléfono de Lu) ¿Qué queres? (Dije con una
sonrisa en los labios, simulando enojo con ella. Mamá sonrió)
L:
¡Helena dame el estúpido teléfono! (Me ordeno)
S:
¿Helena? (Pregunto la chica del otro lado del teléfono)
H:
Déjame en paz, ¡soy tu hermana mayor! (Le dije a él. Hablando con la chica) Si
soy yo, solo, ¿no podes hablar con el después de la cena con nuestros papás?
(Mama me sonrió guiñándome un ojo, respondí igual) ¡Un poco de sentido común
querida! (Mamá largo una carcajada, Lucio tenia expresión de diversión, aunque
no entiendo porque aún seguía defendiéndola ¡Ni él la soportaba! Nadie de
nosotros soportaba a Sofía. Finalmente me saco el teléfono. Me quedo mirando
mientras todos reíamos y solo acerco el teléfono a su oído)
L:
¡Cortamos ya no quiero escucharte! (Corto el celular y luego me miro sonriendo.
Ok, me sorprendió el idiota)
O:
¡Ese es mi hermanito! (Le festejo nuestra hermana mayor mientras reíamos)
V:
Lucio… (Susurro mi mama sorprendida. Este camino hacia ella y la abrazó)
L:
Sé que no la soportabas, y de hecho… ¡Yo tampoco la soportaba! (Dijo cuando en
ese mismo momento le dio un beso en la mejilla a mama, todos seguíamos sorprendidos.
Este se sentó y comenzó a comer como si nada mientras su teléfono no paraba de
sonar)
H:
Insistente… (Me queje)
E:
¡Insoportable! ¿De dónde sacaste una mujer tan molesta? Solo a vos se te pegan
esas hermanito… (Dijo riendo muy tentado)
L:
¡Ah! (Mirándome a mi) Según los científicos, el último en nacer es llamado el
mayor. (Dijo mirándome) Jaque mate abeja reina. (Dijo sonriendo)
H:
Ap… (Lo miré y luego mire a mi papá y a mi mamá quienes me asentían. ¡No podía
ser! ¡Yo soy veinte minutos mayor que él!) ¡Me importa mierda, acá es a la
antigua, el primero que nace es el mayor
¡Asique soy la mayor! (Me queje y metí un pedazo de pan a la boca)
V:
Helena… (Se quejó mi mamá)
H:
Perdón mami (Mire hacia mi plato)
E:
¿Cuándo salimos? (Pregunto este mirando a toda la familia)
M:
Por la mañana… (Hasta que al fin mi papa habló)
L:
¿A dónde van? (Pregunto este, quien se había cortado de las vacaciones
familiares, al momento en el que decía que no dejaría a su novia)
F:
¡Miami! (Dijo mirándolo) ¿Te nos unís cuñadito? (Se sonrió a Lucio)
H:
No, eso no creo que sea posible.
E:
“La Universidad esta primero…” (Se quejó
imitando la voz de un retardado, tratando de hacerlo parecer a Lucio. Todos
reímos)
V:
¡Emir! (Lo regaño mamá)
L:
¡Vamos! (Dijo sonriéndose para sí mismo) Conozco el mejor casino de Miami, a
papá y a Felipe va a gustarles mucho… (Todos miramos a ambos hombres que lo
miraban sorprendidos)
E:
Ah… ¿Sos botón también? (Dijo mientras regañaba a su hermano)
V:
¿Jugas? (Pregunto mirándolo)
M:
Lo hice… un par de veces. (Miro a su hijo con una expresión de diversión) Pero
por lo menos no me meto en los bares del bajo flores… (Dijo mirando a Lucio. Esos
lugares supuestamente son en donde las mujeres “son horribles y bailan súper
vestidas” Noten mi sarcasmo)
V:
¡¡QUEE?? (Dijo mirando a mi hermanito menor, oh voy a llorar. Felipe solo
miraba a Olivia como perrito mojado)
O:
Espero no hayas pisado uno de lo segundo... (La furia la consumía)
F:
Juro que solo fui a los mejores casinos de Buenos Aires, con tu papa solíamos
ir los fines de semana, para distendernos. Es todo. (Dijo mirando con seriedad
a Lucio, quien ahora estaba serio y rojo)
L:
Soy hombre… (Dijo mirando a papá, quien reía)
M:
Me alegra que así sea, ¿pero no entiendo porque aun seguías con Sofía?
L:
Pensé que la amaba, me acabo de dar cuenta que no es así. (Dijo y de pronto, su
teléfono volvió a sonar. Mamá lo miro con algo de… ¿Vergüenza?) ¿Ana? (Su
expresión cambio y miro hacia papá) Ahora vengo. (Dijo dando un salto de la
mesa y corriendo hacia la salida) ¡No sé si vuelva a tiempo! (Gritó)
V:
¿A dónde vas? (Gritó demasiado tarde. Miro a todos) ¡Vos sabes! (Dijo señalando
a Emir)
E:
Escuche que estaba enamorado de una chica, pero que no sabía cómo dejar a
Sofía. Ahora de quien, no lo sé. Y tampoco me imagino a donde puede estar
yendo. (¡Chusma!)
H:
¡Callate idiota! (Me queje)
O:
No se hacen esas cosas Emir, pero tampoco está mal lo que está haciendo Helena,
ella es nuestra mamá y si ella quiere saber, ella tiene derechos… (Dijo mirando
a mamá quien se levantaba de la mesa y miraba por la ventana como el auto de
Lucio salía con rapidez. La preocupación de mamá se hizo cada vez más grande)
V:
No voy a estar tranquila hasta saber a donde fue. (Dijo mirando a nuestro papá)
M:
Entonces no vas a dormir en toda la noche Victoria… (Dijo levantándose de la
mesa) ¡Estoy cansado! (Se quejó y camino hacia las escaleras)
V:
¡Marcos! (Lo reto mamá. Papá se quedó helado en la puerta y ella siguió
hablando) No podes dejar que se vaya solo a estas horas…
M:
Es un hombre Victoria, dieciocho años. (Murmuro y mamá se enojó)
V:
¡Acaba de cumplirlos apenas hoy! Por favor… (Suplicó, su voz se hizo más
chiquitita. Papá se dio vueltas y mamá camino hacia él para abrazarlo) Traelo
Marcos. Por favor. (Volvió a pedirle y mi papá negó)
M:
No puedo hacer eso amor… ¡No sé ni donde se fue! (La miro y ella comenzó a
llorar)
E:
¡Nunca te pones así cuando sale por las noches! (Se quejó)
V:
¡No lo sabía! ¡Nunca se nada! (Se quejó mirándolo enojada)
H:
¡Entonces sábelo! (Dije. Lucio suele salir casi todas las noches y hay veces en
las que no vuelve hasta la mañana. Lo hace desde hace ya cuatro meses)
V:
¿Hace cuánto? (Todos hicimos silencio) ¿HACE CUÁNTO? (Volvió a preguntar de un
grito)
E:
Hace… cuatro meses. (Mamá cerró los ojos frustrada, Olivia se tapó la boca
sorprendida. Y papá solo negaba con la cabeza sin entender)
M:
¿Y adonde se supone que va todo ese tiempo…? (Miró a Emir)
E:
Yo no lo sé… (Me miro a mí y yo hice silencio)
V:
Helen… (Me suplicó mamá)
H:
No mamá. ¡NO!
Enojada,
me levanté de la mesa y salí a corriendo hacia mi habitación. Cerré la puerta y
me apoyé en ella. No puedo contar lo que hace mi hermano, no es nada malo, pero
si es peligroso.
Tomé
mi teléfono y llamé.
Ch:
¿Hola? (Dijo ella y yo le gruñí)
H:
Camilo ¿Salió? (Ella suspiró)
Ch:
¿Otra vez con esa mierda Helena? ¡Decile a tu hermano que deje de meter a mi
hermano en esas estupideces! ¡Es solo una puta! (Dijo muy enojada)
H:
No sabes nada. ¡Asique cerrá la boca! (Corté. A veces no sé si Chiara se
animaría a contarle a la tía Ángeles o no. Su hijo se escapa con mi hermano a
un bar en donde mi hermano encontró un prostíbulo y no solo eso, sino que se
enamoró de una de las chicas secuestradas en el lugar. ¡Maldición!
Cerré
los ojos con frustración… ¡Por favor que no le pase nada a mi hermano. Por
favor que no le pase nada a mi hermano!
Golpearon
mi puerta)
H:
¿Quién es? (Gruñí)
O:
Yo Helen… ¿Puedo pasar linda?
H:
¡No! ¡Asique andate! (Me quejé y sentí como la mi sobrinita me miraba) Hola
linda, perdón ¿Te desperté? (Ella asintió) Oh, dale un abrazo a la tía… (Ella
se acercó a mí y me brazo)
O:
Por favor Helen, no te enojes… Mamá está asustada, necesitamos saber en dónde
está y si está bien. (Se quejó. Abrí la puerta y Lola saltó a los brazos de su
madre)
H:
No soy ninguna buchona, él sabe cuidarse y puedo decirte que no está solo. Todo
va a estar bien… (Dije y cerré la puerta)
Finalmente me recosté y abrí mis frazadas para
recostarme. Lucio cuídate mucho, por favor hermanito, volvé a casa…
*Narra
Lucio*
L:
Pensé que la amaba, me acabo de dar cuenta que no es así. (Me sonreí y de
pronto, mi teléfono volvió a sonar ¡Mierda! ¿Ella?) ¿Ana? (Ella murmuró)
A:
Me escapé… (Se notaba que estaba un estado de pérdida)
L:
Ahora vengo. (Dije dando un salto de la mesa y corriendo hacia la salida) ¿Cómo
que te escapaste Ana? ¿En dónde estás? (Pregunté, ella esta aterrada)
A:
Estoy… (Suspiró) No lo sé… (Estaba perdida. Oh pobrecita…)
L:
Estoy yendo a buscarte ¡No te muevas de ahí! (Miré hacia la puerta del comedor)
¡No sé si vuelva a tiempo! (Grité y
corrí hacia mi auto, debo buscarla, encontrarla y llevármela lejos. Escuché que
mi madre preguntó a donde, pero no puedo esperar a saber en dónde está mi Ana. Llamé
a Camilo para que me acompañara mientras hacia mi auto ir hacia su casa)
L:
¿Camilo?
Cm:
¿Lucio? (Pregunto adormecido, o eso creo)
L:
Levántate Camilo, voy a buscarte. ¡Necesito que me ayudes a buscarla!
Cm:
¿Qué? ¿A quién? (Preguntó sin entender)
L:
¡A ANA, CAMILO! (Me quejé) ¡Estoy llegando a tu casa! (Ellos vivían a solo diez
cuadras de casa, era fácil y rápido llegar)
Cm:
Ok, ya salgo. (Cortó. Y cuando estaba esperando que Camilo saliera, mi celular
sonó nuevamente)
L:
¿Hola? (Atendí sin mirar)
A:
¡Lucio, amor!
L:
¡Ana! Ya estoy yendo por vos, tenes que decirme en donde estas… (Le dije y ella
comenzó a llorar)
A:
Apurate Lucio, me están buscando. (Dijo con la voz baja. Yo voy a encontrarte
preciosa)
L:
Decime ¿no hay nada que reconocer del lugar? (Pregunté, alguna pista tiene que
haber del lugar en donde está)
A:
La estación… (Murmuró) ¡Estoy en una estación de tren!
L:
¿Hay un carrusel Ana? (Ya sé a dónde estás preciosa)
A:
¡Sí! Sí, sí, mi amor, sí. Por favor apurate. Tengo miedo Lu. Por favor…
(Llorisqueó. Camilo ingresó al auto)
L:
Estoy yendo para allá, escóndete en el baño de la estación y no salgas de ahí
Ana ¿Me escuchas? ¡No salgas! (Le indiqué y ella me aseguró que ahí se
quedaría. Colgué el teléfono y Camilo me miró)
Cm:
¿Y Sofía? (Lo mire)
L:
¡A la mierda con Sofía Camilo! Amo a Ana… (Este se sonrió)
Cm:
Ultima vez que te ayudo, no quiero saber más nada con esto Lucio… (Se quejó
sonriendo)
L:
Es lo último que necesito primo, te lo juro… (Le aseguré y se sonrió palmeando
mi espalda)
*Narra
Emir*
E:
Chiara, por favor… (Le dije y esta bufó)
Ch:
No quiero saber más nada con vos Emir… ¡Es imposible! (Se quejó ella, estaba
llorando, yo lo sé…)
E:
Te dije que no iba a poder... Te amo Chiara, por favor amor. Necesito que te
des cuenta que no podemos vivir separados (Oh por dios. La amo. No quiero
perderla)
Ch:
¡Basta Emir, basta! ¡Dejame en paz! Solo… ¡No puede ser! (Me cortó)
E:
¡Mierda! (Grité y lancé el teléfono hacia la pared) ¡MIERDA! (Volví a gritar y escuché
mi puerta) ¡¿QUÉ?! (Grité nuevamente y mamá ingresó algo preocupada)
V:
¿Estas bien mi cielo? (La miré. Esta tan preocupada por el estúpido de Lucio
que no sabe y ni siquiera le interesa que a veces yo también tengo mis días y
mis cosas)
E:
¿Qué importa eso eh? (Me quejé y ella solo se sorprendió mirándome. ¿Qué
mierdas estoy haciendo?) Perdón mami, no es tu culpa yo solo… (Ella me abrazó)
V:
Perdón hijo, perdón… (Gimió en mi hombro al instante en el que se presionaba
más a nuestro abrazo. Le respondí y ella se alegró)
E:
No es tu culpa. Él va a estar bien, son solo sus estupideces. Al fin y al cabo
llega todos los días con vida. (La tranquilicé) Vos tranquila….
V:
¿Vos crees que él está bien? (Me miró a los ojos)
E:
Yo te aseguro que él está bien y que va a volver. (Dije y ella asintió al
instante en el que volvía a abrazarme)
V:
Yo confío en vos mi amor… (Oh mami, si supieras que ni yo sé en donde carajos
esta y como…)
*Narra
Lucio*
Llegamos
a la estación en donde se encontraba Ana, me bajé del auto y caminé hacia el
baño. Ahí la encontré, acurrucada en el costado de la puerta. Llevaba puesto un
liguero y bajo eso solo la braguita, tenía el sujetador y las medias
¡Semidesnuda y descalza! ¡Con el frío que hace! Me saqué la campera rápidamente
y se la puse mientras la abrazaba con fuerza.
L:
Mierda Ana, estas helada… (Me quejé apoyando mi mejilla junto a la suya)
A:
Mi amor, llegaste. (Dijo ella mientras sonreía y comenzaba a llorar)
L:
¿Qué hiciste mi amor, eh? Yo te dije que si lo ibas a hacer me tendrías que
avisar primero. (Me quejé y ella se rió)
A:
Sos tan bueno, y tan lindo. (Dijo ella mientras comenzaba a llorar nuevamente,
oh ¿qué pasa con vos Ana?) No merezco haberte conocido…
L:
No digas tantas estupideces Ana. Vení, vamos que pueden venir a buscarte. (La
alcé en mis brazos y la llevé hacia mi auto. Al fin podría ayudarla)
Cm:
¡Lucio! (Me gritó Camilo y bajé la cabeza al ver como un tipo me disparaba de
lejos)
A:
¡NOO! (Gritó ella mientras yo solo trataba de subir al auto)
L:
Mierda… (Gemí al instante en el que me subía al auto y trataba de encenderlo)
Cm:
¡Apurate Lucio! ¡Apurate! (Se quejó y yo emprendí camino hacia la autopista.
Cuando me di cuenta que nos seguían, también me di cuenta que la bala me dio en
la pierna)
L:
La puta madre… (Me quejé al instante en el que me costaba presionar el
acelerador)
A:
¿Estas bien mi amor? (Dijo ella)
Cm:
¡Mierda te dieron! (Dijo mientras miraba hacia atrás)
L:
Tranquila Ana, todo va a estar bien…
Cm:
¡Nos siguen! (Se quejó y luego de ver
como el coche negro se acercaba a nosotros a gran velocidad, desvié el auto a
la primera salida que vi. Ahí solo bajé a gran velocidad y me estacioné en la
primera calle tranquila que encontré)
Cm:
¿Manejo yo? (Susurró)
L:
Si, no puedo más… (Me quejé, ya me estaba comenzando a doler)
A:
¿Estas bien mi amor? (Preguntó ella)
L:
Si linda tranquila… (Nos quedamos en silencio, al ver que el auto negro pasaba
por al lado nuestro. Finalmente, siguió de largo y yo me reí al ver que ella
sonreía para mirarme y luego ver como aquel auto negro se alejaba)
A:
Te amo... Gracias. (Murmuró algo enrojecida y sonriente, sus ojos color
caramelo brillaban bajo la luz de la luna)
L:
(Sonreí) Yo también te amo hermosa. (Dije al instante en el que la tomaba en un
beso)
*Narra
Victoria*
Mis
trillizos, esos pequeños que nacieron para cambiarme la vida. Cuando Marcos
recuperó a mi Helena del psicópata de Lorenzo, jamás creí que alguna de esas
cosas volvería a pasarnos.
Luego
de la cena mi hijo se fue y hasta ahora, luego de dos horas, no volvió. No hay
ni un solo minuto que no pensara en él… Desde hace dos horas estoy esperando
que llegue y que me diga “Mami, estoy bien”, pero eso aún no sucede. Recuesto
mi cabeza en la almohada y adormezco pensando en que quizá, solo quizá, este
bien…
Pero
cuando ya me estaba logrando dormir, siento que la puerta se abre con fuerza,
Marcos se levanta y me mira a mí a los ojos. Lo abrazo con fuerza y siento como
una voz femenina se quiebra gritando “¡AYUDAAAAAAA!”.
Marcos se levantó corriendo.
M:
Quedate acá Victoria. (Me ordenó para salir corriendo)
H:
¿Mami? (Me preguntó Helena ingresando por la puerta) ¿Pasa algo? ¿Vos gritaste?
(La miré y sin decirle nada, no hice caso a lo que me dijo Marcos y bajé,
detrás venía mi Helena, junto a Olivia, quien había escuchado los gritos)
M:
¿COMO PASÓ ESTO? (Gritó mi esposo)
L:
LA TENÍAN AHÍ ¿VOS TE PENSAS QUE LA IBA A DEJAR POR MUCHO TIEMPO? (Decía
abrazando a una chica morena con el mismo color de ojos que los míos. Su
cabello era negro y ondulado. La mirada de la chica estaba perdida, lloraba sin
consuelo, estaba semidesnuda con la campera que Lucio llevaba hacía dos horas,
justo antes de irse de acá…)
M:
¡NO PODEMOS DEJARLA ACÁ LUCIO LA ESTAN BUSCANDO, HAY QE LLEVARLA CON LA
POLICÍA! (Se quejó mi esposo y mi hijo negó)
L:
YO LE PROMETÍ QUE ELLA ESTARÍA BIEN, NO QUIERO QUE ELLA PASE ESAS COSAS…
M:
LO LAMENTO LUCIO, PERO TENGO QUE LLAMAR A LA POLICÍA! PUEDEN VENIR A BUSCARLA
ACÁ… (Se quejó una vez más)
E:
¡¿PERO QUE PASA?! ¡¿POR QUÉ ESTAN GRITANDO?! (Dijo mi hijo Emir bajando tras
mío. Me abrazó y noté en ese mismo instante que estaba llorando) ¿No ven que
esto le hace muy mal a mamá? (Se quejó abrazándome más fuerte)
O:
¡OH POR DIOS! (Gritó Oliva horrorizada al instante en el que salía corriendo y
señalaba la mancha roja que tenía Lucio en la pierna) ¿Que te pasó ahí? ¿Te
dispararon? (La chica solo escondía su cabeza en el pecho de mi hijo…)
L:
No es nada Olivia no exageres… (Dijo él, acariciando la cabeza de la chica) ¡Al
carajo, si no nos van a ayudar, me voy con ella! (Dijo escondiendo a la chica
más en su pecho y caminando hacia la puerta)
V:
¡No! (Grité mirando hacia a él) No te vayas, por favor… (Lo miré y me miró a
mí. La chica no soltaba a mi hijo. Lucio la abrazó con fuerza y Helena la tomó
de la mano)
H:
Papá… ¿Qué harías si un día a la salida de la escuela un auto me llevara y ya
nunca vuelvas a saber más de mí? (Preguntó y la miró a ella para sonreírle con
dulzura)
M:
Me moriría… (Murmuró)
H:
Entonces ya no molestes… (Se quejó mi hija y luego le susurró dulcemente) Me
llamo Helena, ¿Y vos?
A:
Ana… (Dijo ella sonriendo)
L:
Anda con Helena Ana, ella va a ayudarte. Yo necesito hablar con mis padres.
(Dijo mi hijo. Lo mire y al instante en el que la chica tomó la mano de Helena
y se fue con ella. Corrí hacia Lucio)
L:
Lo siento mucho, mamá… (Dijo al instante en el que me abrazaba. Hundí mi cabeza
en su pecho)
V:
Tenía mucho miedo… (Le murmuré)
L:
Lo lamento. (Me respondió)
M:
¿Van a quedarse entonces? (Escuché que me lo decía mirándome)
V:
¿Qué queres? ¿Qué se vayan a quien sabe dónde? (Le respondí sintiendo la suave
tela de la remera de mi hijo rozar mi mejilla)
M:
Entonces, me despiertan cuando nos tengamos que ir… (Dijo enojado, lo noté)
V:
No vamos a irnos Marcos. No voy a dejar a Lucio así. (Dije y este se frenó para
mirarme nuevamente)
M:
¿Nos vamos a quedar? (Preguntó)
V:
Si… (Susurré)
M:
Entonces no me despiertes de nuevo. (Dijo caminando hacia las escaleras)
L:
Lo lamento mami… (Dijo mi hijo viéndome llorar)
V:
No es tu culpa. Me alegra saber que estas bien. (Lo mire y este me sonrió)
Ahora, yo hago un té, limpio tu herida y me contás que paso ¿sí? (Él dudó) ¿No
crees que me lo merezco? (Pregunté y este asintió) Entonces, solo recostate en
tu cama y yo ahí voy.
*Narra
Emir*
Caminé
hacia el ventanal de la cocina, vi que la pava estaba prendida, el agua hervía,
pero nadie estaba en la cocina. Apagué el fuego y salí por el ventanal. Miré
hacia el cielo y prendí un cigarrillo ¡Mierda! ¿Justo de ella me tuve que
enamorar? Me lo pregunté mil veces y jamás obtuve una respuesta.
Inhalé
y exhale el humo una vez hasta que sentí que alguien me presionaba el brazo.
V:
¿Por qué haces esto? (Preguntó la voz de mi mamá detrás de mí. Oh, mierda.
Pensé que estaba con mi hermano)
E:
Lo-lo-lo siento, pensé que estabas con Lucio. (Dije apagando el cigarrillo)
V:
¿Hace mucho que lo haces? (Preguntó mirando el cigarrillo ahora apagado en el
piso)
E:
Hace tres años. (Dije mirándola. Su expresión fue de decepción, pero no sé si
de mí o de ella misma, creo que de mi…)
V:
¿Qué te llevo a hacer esto? ¿La chic con la que peleabas esta noche? (Preguntó,
¿Que mierdas…?)
E:
¿Sabes que escuchar tras la puerta está mal no? (Ella asintió)
V:
Pero no está mal cuando soy tu madre. (Dijo con suavidad) Quiero saber que
pasa… (Me miró. ¡A la mierda, yo se lo digo!)
E:
Estoy enamorado de Chiara ¿Contenta? (Dije mirándola. Ella sombreó su mirada,
sus ojos obscurecieron. Ella, estaba ¿Sorprendida? ¿Enojada? No sabría que
decir…)
V:
Bueno… (Murmuró) Eso, no es nada malo. (Dijo hasta que sonrió) Excepto que el
tío Gabriel se enojaría mucho con vos… (Me miró) ¿Cuál es el problema con eso?
¿Qué ella está por casarse?
E:
Eso, y que ella dice que vos no se lo perdonarías, ni la tía. (Ella negó)
V:
Tu tía es tan enamoradiza, siempre me dijo que ambos estarían juntos. Ella
siempre sospechó de esa pareja, yo también. Las veces que te lo pregunté me lo
negaste. Tu tía Ángeles se decepcionó al ver que ustedes tomaron caminos
distintos… (Levantó mi rostro, ya que bajé la vista) ¿Por qué no preguntan
antes de hacer tanto drama? (Yo sonreí)
E:
Pensábamos que nos odiarían, no queríamos correr riesgos…
V:
¿Era más fácil hacerse teorías que preguntar no? (Me miró con una sonrisa. Me
sonreí igual mientras asentía) Oh mi amor… (Me abrazó) ¡Anda a buscarla! (Me
incentivó)
E:
¿Ahora? (Me sorprendí y ella asintió)
V:
Cuanto más temprano llegues, mejor… (Dijo ella y me besó la frente) ¡Te amo,
suerte! (Me susurró. Yo le sonreí y caminé hacia las escaleras poniéndome las
zapatillas. Cuando salía por la puerta, alguien me choca)
E:
¡Mierda! (Me quejé asustado) ¿Camilo? (Me sorprendí)
Cm:
Emir… ¿esta… Helena? (Decía tratando de recobrar la respiración, parece que
vino corriendo)
E:
Si, está (Este ingresó hacia mientras reía) ¡Buena suerte Romeo! (Le dije
sonriendo)
Cm:
¡Igual! (Gritó)
Mecí
mi cabeza, este pibe no se cansa, es igual a mí.
Corrí
esas diez cuadras que nos separan… ¡Oh vamos! Yo la amo… Claro, claro, ¿Amor, a
tan temprana edad? Si, así es… Bueno, quizá… ¡AMOR!
Llegué
tratando de recobrar el aire hacia la casa de mi tía, caminé por el pasillo que
daba a la cocina e ingresé por el ventanal de la cocina, sé que esa ventana
nuca tiene una traba, porque Camilo la rompió hace ya unos años.
Cuando
ingreso, me doy vuelta para cerrar la ventana y de pronto un brazo se asoma por
mi hombro.
E:
¡Ah! (Me quejé asustado y los ojos obscuros de mi tía Ángeles me
tranquilizaron)
A:
Tranquilo Emir… ¿Qué haces acá hijo? (Dijo ella con una sonrisa divertida)
E:
Tía… Tía, yo-yo-yo-yo… (Se sonrió)
A:
Cortala con el disco rayado y decime que haces acá. (Me retó con unas risas
bajitas)
E:
Vine a ver a Chiara, vine a buscarla. (Dije sonriendo incómodamente. Ella nunca
deja de sonreír y me mira)
A:
¿Para qué? ¿Si se puede preguntar? (Dijo, oh ella quiere saber… Vamos ¡si
sabes! )
E:
Quiero verla… Solo eso... (Miré hacia abajo estaba arrugando)
A:
Aunque no me lo digas… ¿Sabes hace cuanto estoy esperando que vengas a buscarla
Emir Guerrero? (Dijo mi tía y la miré atónito… Ella… Ella ¿realmente dijo eso?
Se rio bajito, me acarició la espalda y me susurró) ¡Subí! (Miré hacia las
escaleras y luego a ella quien me apuntaba a las escaleras) No permitas que se
vaya, ella siente igual, no permitas que el energúmeno se la lleve Emir… Yo,
confío en vos… (¿Otra vez? ¿Todos confían en mi hoy? Deberían dejar de hacerlo)
E:
Voy a intentarlo tía, lo voy a intentar. (Dije. El chico este, el boludo este…
Am… ¿Nicolás? Ue... La cuestión es que quiere llevársela a Cancún ¿era? ¡Pero! ¿¡QUE MIERDAS IMPORTA ESO EMIR!? Mire
a mi tía quien esperaba que me moviera) Subo ¿Si? (Ella asintió)
A:
¡Suerte!
Me
reí bajito y subí. El tío Gabriel salía de su habitación, corrí a la de Chiara
y cerré la puerta cuando el cerró la del baño. Me reí de mi rapidez y escuché
como la tía Ángeles preguntaba al tío si estaba bien. Ignoré a ambos y miré en
la habitación de Chiara.
La
habitación estaba obscura y no hay ningún sonido. La tía me dijo que ella
estaba… Caminé hacia el balcón pero no había nada. Ella se fue… Entré a la
habitación de ella otra vez y la luz del baño estaba encendida, pero, pero
estaba apagada.
Me
acerqué y miré por la puerta que estaba entreabierta, ella se estaba
desprendiendo la bata mientras el agua comenzaba a tomar temperatura. Hasta que
cuando sintió el agua, la bata cayó…………..
Ch:
¡Auch! (Se quejó, parece que estaba caliente)
E:
Dios…
Recorrí
su cuerpo desnudo una y mil veces hasta que ella ingresó a la ducha, ella se
movía como la seda, era tan hermosa… No puedo dejarla escapar… Es tan tarde, es
madrugada. No entiendo que hago observándola y no ingreso. ¡Entra ya idiota!
No
me hice esperar y comencé a despojarme de todo lo que traía puesto, luego caminé
hacia la ducha y cuando la vi toda mojada, no pude esperar. Me acerqué a ella y
pegué mi cuerpo al suyo.
Ch:
¡ah! (Se quejó y luego pero no luchó al sentir como recorría su espalda y
susurraba)
E:
Soy yo…
Ch:
¿Emir? (Se sacó el agua de los ojos y me miró) ¡Mierda! ¿Qué haces acá? ¡Mi
mamá puede enterarse y…!
Atrapé
su boca junto a la mía y no la dejé seguir, estaba cansado de que ella
molestara con la misma mierda siempre. Yo la amo, ella también a mí ¿Qué mierdas
estamos esperando? Como lo supuse ella me respondió.
E:
No te cases (Pico) Mierda Chiara no te cases, no te vayas, no podes. Yo, yo te
amo…
Me
miró detenidamente y sentí que estaba analizando lo que decía. Es verdad lo
juro… Negó para comenzar a llorar y a besarme. La separé mientras notaba sus lágrimas
enrojecer sus ojos. Acaricié su mejilla y la ayudé a bañarse.
Luego
del erótico baño que ambos nos dimos, la llevé a la habitación amarrada a mi
cuerpo y la hice mía. Ella, es mía.
E:
Después de esto… ¿vas a irte igual?
Ch:
No puedo…
Me sonreí. Eso es bueno. Suspiro de
tranquilidad. Mi vida está comenzando.
*Narra
Helena*
Estaba
bailando, practicando mi último baile. Estoy en el colegio de arte. Termino mi
secundaria y estudio para ser cantante y bailarina. Oh, detalles y pequeños
talentos de familia.
Caminé
hacia el equipo y a las dos de la madrugada comencé a cantar mi tema favorito
de Ariana Grande, “Problem” es el que voy a cantar y bailar con mis amigas en el
cole.
Luego
de dos veces, iba a ser la tercera vez que la iba a hacer, pero no llegué.
H:
Uno, uno, uno dos tres… (Comencé la coreo mientras esperaba a cantar. Cuesta,
pero aprendí a manejar mi aire y los tiempos)
Baby, even though I hate ya
I wanna love ya
I want you
And even though I can't forgive ya
I really want to
I want you
Tell me, tell me baby
Why did you leave me
Cause even though I shouldn't want it
I
gotta have it
I
want you
“Baby, a pesar de que te odio
Quiero amarte
Te quiero a ti
Y aunque yo no te puedo perdonar
Tengo muchas ganas de
Te quiero a ti
Dime, dime baby
¿Por qué me dejaste?
¿Porque a pesar de que yo no debería
quererlo?
Tengo que tenerlo
Te quiero a ti”
Un
sonido vino desde el balcón. ¿Aplausos? ¿Ya estoy delirando? Mi pecho subía y
bajaba por la falta de respiración. Tenía echa una colita alta, que se bajó por
lo lacio que es mi cabello negro. Una leve capa de sudor me caía por el cuello
y mis patillas. Me di vueltas y Camilo estaba ahí. Me miró varias veces tan
agitado como yo. Pasé la mano por mi frente sudorosa frunciendo el entrecejo y
pregunté:
H:
¿Qué haces acá? (No podía estar acá. No podía…)
Cm:
Vine, vine a verte. Una vez más… (Seguía mirándome. Me enrojecí cuando recordé
que solo llevaba un culote de algodón y la camisa que le robé a papá) Linda
ropa…
H:
¿Qué pasa con vos? ¿Sabes que mi papá te ahorca si te ve acá no? ¿Sos
consciente? (Me quejé sonando a enojada. Pero solo estaba avergonzada, nunca me
disgusta que el venga, si lo adoro… Miré hacia abajo)
Cm:
No me importa mierda, no puedo más… (Se rascó la nuca) Te necesito…
H:
(¡Yo también!) Cam…
Suspiré
y luego me mordí el labio inferior nerviosa. Me miró y gimió, caminó hacia mí y
presionó mi boca con la suya. Succionó mi labio inferior y gemí dejándole el
paso a su lengua. Oh por dios. Tomó mis dos piernas y por inercia yo las amarré
en su cintura. Caímos en mi cama al instante en el que se estiraba para apagar
mi lámpara.
Cm:
Te deseo desde que te escuché decirle a mi hermana que estas enamorada de mi.
(Dijo tirando de mi camisa hacia arriba)
H:
Camilo… Mi papá… (Me quejé)
Cm:
Esta sedado, es muy tarde…
Nos
reímos y me dio vergüenza ver como pasaba una mano desparramando el sudor de mi
pecho hasta llegar al bretel izquierdo.
Cm:
¿Terminamos con esto de una vez? Yo te amo ¿Me amas? ¡Ahora o nunca!
H:
Si… (Suspiré con los ojos cerrados al sentir sus manos pasarse por toda mi
piel) Si, te amo mucho… (Tomé su mano y la amarré con la mía. Me sonreí y
terminé) Comencemos con esto.
Se
sonrió y nos besamos como nunca antes había pasado. Oh… Yo-yo-yo… No sé cómo
voy a ver a mi tía después de esto… Me sonreí.
Cm:
Te amo Helen…
H:
Yo también Cam…
Luego del beso, sabemos lo que él hizo
conmigo. Digamos que fue la primer noche más mágica de toda mi vida.
*Narra
Lucio*
Caminaba
preocupado en la cocina de un lado al otro, estaba muy inquieto, mamá me sorprendió.
V:
Que bueno que la bala solo te rosó…
L:
Si… (La miré y ella me miró)
V:
Sentate. (Así hice) ¿Qué te tiene tan inquieto?
L:
Tengo… (Tragué) Tengo miedo de que nos encuentren…
V:
Shhh… (Negó) Eso es imposible. (Se sonrió y juro por dios que eso me alivió
mucho. Asentí y quedamos en silencio unos minutos hasta que ella se sonrió) ¿Cómo
fue que ella te enamoró?
L:
(Me sonreí) ¿Por qué queres saber eso? (Ella encogió los hombros)
V:
Solo quiero saber… (Asentí)
L:
Esta bien… (Pensé) Hace cuatro meses, llegué a aquel lugar y me puse ebrio. Sofía
me volvía loco. No la soportaba más, solo que no sabía cómo parar y terminar
con ella. Cuando ya no pude más, Ana me levantó del suelo y me llevó hacia una
habitación. Me dejó ahí y me cuidó un rato, no recuerdo muy bien. Solo recuerdo
que me levanté casi tres horas después y me dolía mucho la cabeza. Ella me sonrió
y me cuidó hasta que recordé en donde estaba. Cuando al salir me cobraron de
más, ella me quedó mirando y yo no entendí. Fue ahí cuando me di cuentas lo que
sucedía ahí.
Yo…
No sabía que ese lugar era un prostíbulo. Ana solo bajó la mirada y yo asentí,
sabes que la plata no es mi problema. Pero cuando me estaba por ir, se me cruzó
por la cabeza todo lo que ella tendría que pasar y pedí hablar con el dueño.
El
tipo me miró de arriba abajo y luego me preguntó que quería. Le ofrecí una gran
suma solo por reservar a Ana para mí. Eso quería decir que hasta que “Yo me
cansara” ella no sería tocada por otro hombre. Hicimos un gran negocio y todo este
tiempo no hice más que pasar el rato con ella, ella no fue mas violada, y yo
pasaba un rato con la chica que después de un tiempo, me terminé enamorando…
Pero Ana se me adelantó y bueno, pasó esto. Ella quería escaparse. Yo le dije
que me esperara que iba a buscar ayuda. Pero ella solo me dice que encontró la
oportunidad y la aprovechó. (Mamá dejó caer unas cuantas lágrimas) ¿Ahora
entendes porque no puedo dejarla ir? Yo la cuidé, y yo la amo.
V:
Estoy tan orgullosa de vos mi amor… (Me extendió los brazos y la abracé)
L:
Gracias por apoyarme mami…
V:
Siempre con vos hijo.
Volví
a la habitación luego de despedirme de mi madre. Ella se movía de un lado al
otro. Se quejaba en sus sueños. Estaba tan alterada que ni en sus sueños podía
descansar.
Llevaba
los shorts y la musculosa que Helen le prestó. Saco la idea de que quizá, nos
encuentren… Nadie puede saber en dónde estamos. ¡Basta no nos van a encontrar!
¡Dejalo ya!
La
abracé por la cintura y la pegué a mi cuerpo, quizá mi calidez la tranquilice.
No volvió a moverse. Casi adormezco, cuando ella se levantó pegando un grito
fuerte.
L:
Ey, ey…. Tranquila. Tranquila mi amor, tranquila.
A:
Ellos, ellos… Ellos me tocaba y luego, y luego… (Lloró)
L:
Tranquila mi amor. ¡Mierda! (Me quejé) ¡Hijos de mil puta! (Me volví a quejar)
Tranquila mi amor, vos tranquila…
A:
Me duele mucho. No lo soporto. Necesito olvidarme de toda esta basura…
Decía
tratando de descargarse. Se acercó a mí y me besó. Ella… Ella me besó. Me puse
rígido a la hora de tener que tocarla. Posé mi mano en su cuello e hice un sendero
desde la comisura hacia su cuello. Tengo miedo de asustarla. No, no puedo…
L:
Vamos a dormir, necesitas descansar. (Puse mi excusa)
A:
Aceme tuya Lu… No puedo más. (Dijo ella destrozada, sus lágrimas caían sin
piedad. No puedo, no puedo…)
L:
No, no puedo… Perdóname mi amor. (Me quejé)
A:
Si que podes… Por favor. Necesito olvidarlo, necesito que me ames… (Se subió encima
de mí amarrando sus piernas en mi cintura y presionó nuestros sexos) Por
favor mi amor, lo necesito…
L:
Te juro que… (Me cayó)
A:
Shhh no jures nada. Yo confío en voz. Te amo Lucio. Te amo… (Susurró) Gracias
mi amor.
L:
No tenes que agradecerme, yo también te amo demasiado.
Miré
a sus ojos color caramelo y presioné sus labios con los míos otra vez. Nuestro
pequeño beso dulce se armó de lujuria y terminó en yo haciéndole el amor como
lo merecía. Besé cada parte de ella, la traté como lo que es. Una hermosa e increíble
mujer.
L:
Te juro, que nunca más vas a sufrir.
A:
Yo sé que así va a ser… (Me dijo con una sonrisa hermosa) Te amo, gracias.
L:
No agradezcas más. Yo también te amo.
Nos recostamos juntos. Juntos y desde
ahora, para siempre…
*Narra
Victoria*
Pobres
mis hijos, se les acabó todo. Hoy era la hora de la verdad.
Desde
el principio: Ana, hace tres meses que vive con nosotros. Supimos más de ella;
sus padres murieron cuando era pequeña y como no tenía parientes terminó en el
orfanato. Ella se escapó de allí y la atrapó en la calle un tráfico de chicas.
La chica estuvo esclavizada sexualmente dos años. Finalmente, su calvario
terminó cuando conoció a Lucio, mi hijo, el valiente… Ellos son felices. Lucio
le propuso matrimonio, le dije que era muy pronto, pero no le importó, quiere
que ella tenga lo mejor, y lo entiendo.
En
cambio Emir y Helena, debo decir que ambos se salieron con la suya, ambos están
con sus “Primos” y este es el día en el que van a encarar a sus padres. Hoy hay
cena familiar y esta vez, la cena es la más tensa que nunca…
Todos
sentados, Marcos y Gabriel son los de las esquinas hoy. Angie y yo estábamos al
lado de nuestros maridos. Ambas sonreíamos. Dos parejas de un lado, las otras
dos del otro.
Olivia
tenía a su lado a Marcos y a Felipe. Emir tenía a su lado a Felipe y a Chiara.
Del otro lado estábamos Angie y yo, y entre medio teníamos encerrados a Lucio
con Ana y a Helena quien tenía la mano agarrada fuerte a Camilo.
M:
Bueno… (Murmuró con la voz ronca) ¿Quién va a hablar primero? (Se hacía el
serio con Camilo)
G:
Estoy esperando… (Dijo mirando a mi Emir de igual manera que Marcos)
Cm:
Estoy enamorado.
E:
Yo también. ¡Eh dicho! (Dijo mientras llenaba su boca de comida)
G:
Bien… (Se sonrió)
M:
Parecen más tontos… (Se sonrió igual) ¿Les parece lindo? (Volvió la seriedad.
Oh ya entiendo… están jugando con ellos. Hay, Guerrero Mereles, nunca cambian.
Solo sonrió)
G:
Porque para mí no es gracioso. (Negó)
M:
¿Cuál es el motivo? ¿Haber? ¿Por qué entre ustedes?
A:
Sera tu culpa, porque insiste en que crezcan juntos…
V:
Siempre fue así. “Si, que vayan todos a la misma escuela” (Olivia y Felipe se
reían tentados, pero solo comían. Mi bella hija mayor)
M:
Pero, pero…
A:
Están enamorados, ¡Fin del tema! (Dijo poniendo bocado en su boca)
V:
Si n llevan la misma sangre ¿Cuál es el problema? (Miré a ambos padres)
Todos
rieron y la discusión comenzó a que las bromas no eran divertidas. Si, ellos
notaron que estábamos jugando con ellos. En fin, cuando el tono se hacía más
alto y las risas, reproches y reclamos se hacían más expuestos, Un grito paró
todo.
O:
¡AHH! (Se quejó tocando su panza) Felipe… (Susurró)
F:
¿Ya viene? (Preguntó blanco)
O: Ajam… (Sus muecas de dolor me
hacían doler a mí) ¡YAAAAA! (Se abalanzó y volvió a gritar)
Mi
segundo nieto, Marcos Díaz nació. Dos kilos cuatrocientos gramos. Cuarenta y
cinco centímetros de largo. Preciosos ojos color esmeralda. ¿De dónde salió con
esos ojos? Felipe. Ow, mi hermoso pequeño. Quien de seguro se va a quedar
conmigo unos cuantos fines de semana, junto con su hermana la pequeña Lola.
Mis
hijos, son todos unos revoltosos. Se pelean con sus padres por amor y luego su
hermana casi da a luz en el comedor. ¿Eso es normal? No, no. Eso solo pasa en
mi familia. Nuestra Familia. Solo nuestra.
M:
¡Victoria! (Dijo corriendo desde el balcón)
V:
¿Qué pasa? (Pregunté tildada)
M:
Nada, solo… Quería recordarte que te amo. Más que siempre, más que nunca…
V:
(Me sonreí) Yo también te amo mi amor…
Nos
abrazamos y desde arriba, pudimos ver como nuestros hijos son y siempre serán unas
grandes y unos grandes Hombres y Mujeres.
“En otra vida… Volveré a amarte, volveré
a buscarte… En otra vida…♪♫”
Fin.
¡Terminé!
Uf… sí que me costó. Ojalá les haya gustado. Hasta acá llego EnOtraVida.
Gracias por todo, ya se los dije. Sin más… Mi placer haber escrito para ustedes…
Las amo.
J.
Belén González.
Julio
2014.